Érase una vez un pequeño fantasma. Vivía en una pequeña cabaña en medio del bosque. Era una cabaña que tenía dos pisos. Una mañana, el fantasma, tan cansado de subir y bajar, se cayó por las escaleras.
El fantasma tenía una meta, convertirse en humano, porque quería ser astronauta y poder ir al espacio por el cielo. Un día se llevó una gran sorpresa, un humano lo había visitado. Este venía con un gran hipopótamo. Y los tres, el fantasma, el humano y el hipopótamo se hicieron astronautas.
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