CORONAVIRUS
Había una vez en China un niño llamado Chang que se
encontraba de noche paseando por el bosque, durante su paseo un pequeño animal
se chocó contra él. Cuando alumbró con su linterna hacia el suelo, vio que era
un murciélago, el cual había muerto tras el impacto, por lo que Chang decidió
llevárselo a casa para cenar.
En su casa, su madre había preparado una gran sopa para
toda la familia y cuando su hijo trajo al murciélago pensó que lo ideal era
prepararlo para la cena. Aquella noche todos se acostaron temprano ya que, al
día siguiente, se iban a reunir toda la familia para celebrar el cumpleaños del
primo de Chang.
Ese día todos lo pasaron muy bien, rieron, se besaron y
abrazaron, pero, al cabo de unos días Chang y su madre cayeron enfermos. Chang
se encontraba con fiebre muy alta y un gran resfriado, mientras que a su madre
le costaba respirar y también tenía fiebre. Los dos acudieron al hospital al
día siguiente, ya que iban empeorando poco a poco, allí le hicieron un análisis
y nadie sabía que era realmente.
Todo fue a peor cuando al cabo de unas semanas no había
mejora por parte de la madre de Chang, esta se encontraba muy enferma y nadie
sabía el por qué los medicamentos no actuaban. La presencia de un virus se
empezó a notar cuando en un mes muchos de los familiares de Chang y la mayoría
de enfermeros que los atendieron cayeron con ellos enfermos.
Finalmente, descubrieron que aquello que estaba haciendo
enfermar a las personas y acabando con la vida de muchas de ellas era un nuevo
virus, que con el tiempo comenzaría a extenderse por el resto del planeta, un
virus, al que le pusieron de nombre “Coronavirus” y del cual la humanidad no
estaba preparada para acabar con él.
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