Había una vez una familia en la que vivían un padre y una niña. Al día siguiente era el cumpleaños de la niña y el padre pensó en comprarle un regalo: un muñequito de plomo. El padre fue a la tienda y vio un soldadito que le gustó mucho aunque le faltaba una pierna.
Al llegar a su casa el padre dejó al soldadito en la estantería con los demás juguetes. Y el soldadito pasó toda la noche en la estantería. Pero al día siguiente la chica se acercó a la estantería y vio el nuevo juguete. Al ver que le faltaba una pierna lo cogió y lo tiró por la venta, ya que detestaba esa falta.
Entonces, una madre pasó por allí y se encontró al muñeco. Lo cogió y se lo llevó a su hijo.
Era el cumpleaños de su hijo y su madre se lo regaló porque a su hijo también le faltaba un pie. Al chico le encantó y se emocionó muchísimo. Jugó con él y después lo puso en la estantería con sus otros muñecos. Al
Allí el soldadito se fijó en un bailarín de traje brillante de color copral. El bailarín se dio cuenta y le dijo: "Bailaré para ti toda la noche, y así fue..."
Y se enamoraron.
(Natalia Morenilla y Ana Carmona, 1ºB y 1ºE)
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