Te despiertan unos golpes en la puerta, Abres los ojos y estás en el sofá con la tele encendida. A través de la ventana cerrada se puede ver la luna iluminando el salón. Te levantas a abrir la puerta.
Pero antes miras por la mirilla. Nada. Ni un alma. Abres la puerta y sigue sin haber nadie. Crees que es uno de esos niños que llaman a la puerta y salen corriendo. Molesto, cierras la puerta. Apagas la tele, bajas las persianas, cierras la ventana y subes a tu cuarto a... Un momento, ¿qué acaba de pasar?
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