Un día, precisamente una noche de Halloween, quedé con mis amigas para ir a pedir caramelos. En fin, lo que se hace por Halloween.
Nuestros padres nos habían dicho que no llamáramos a la puerta del Sr. Spock (un señor siniestro al que le encanta estar solo), pero nosotros, como somos muy traviesos llamamos y nunca más se volvió a escuchar ni una palabra más de nosotros
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