Eran las tres de la mañana y un olor a quemado me despertó. Me levanté corriendo y miré a mi alrededor pero no había nada ardiendo. De pronto, un fuerte ruido me tumbó. Cuando me levanté vi una silueta negra observándome y de pronto desapareció. Sentí un escalofrío.
Estaba detrás de mí, me miraba con sus ojos de color negro y tenía una gran boca escalofriante. Me desmayé. Y cuando desperté ya no estaba en mi cuerpo.
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